Nuestro cuerpo nos habla, y muchas veces creemos escucharlo, sin embargo ¿Entendemos en profundidad lo que nos quiere decir?
Cada kilo oculta algún bloqueo emocional, buscando inconscientemente llenar vacíos emocionales, van almacenándose, guardándose, como una biblioteca guarda, atesora, cada ejemplar.
La relación entre nuestras emociones y los hábitos alimentarios están íntimamente relacionados.
Detrás de cada desajuste en el peso, hay una historia esperando ser comprendida.
¿Te animas a descubrir qué conexión hay?
El estrés y la falta de gestión emocional impacta directamente en tu salud.
Ante la incertidumbre, la ansiedad o la tristeza, recurrimos a la comida, como si fuese un abrigo para nuestro cuerpo ante los desafíos de la vida. Buscamos en la comida, lo que no recibimos en afecto o seguridad, lo que heredamos, lo que adquirimos en nuestras vidas.
Una clave para comenzar sería por preguntarse:
¿Qué emociones estoy intentando llenar con éstos hábitos?
¿Quién estoy siendo?
Aprendamos a reconocer, aceptar y procesar sus emociones de forma saludable. Desatemos los nudos mentales. Libera lo que ya no necesitas, escucha tu cuerpo, reconoce esas emociones atrapadas, escucha esas palabras con las que te hablas.
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